El fútbol y el periodismo se convirtieron en la mejor adicción para hallar rumbo en la vida. Querendón de la radio (medio de comunicación donde me inicié), hallé en la prensa un espacio tan grande, como la cancha de fútbol misma, para vivir divertido. Encontrar la quinta pata en un deporte donde se razona más con el corazón y los sentimientos es entretenido. Vivo abriendo frentes por cuestionar todo y estoy convencido que hay que caminar en silencio, pero haciendo ruido. Twitter: @maobayas
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martes 14 de febrero 2017

¿Merece continuar el DT Javier Rodríguez en la Selección Sub 20 de Ecuador?

Mauricio Bayas

La pregunta planteada tiene una respuesta: sí. El estratega ecuatoriano se ganó el derecho a dirigir su tercer mundial por merecimientos y resultados. Sin embargo, el Mundial de Corea del Sur será un gran reto para su carrera.


Rodríguez tiene responsabilidades, buenas y malas, de lo ocurrido en el último Sudamericano Sub 20. Quizá la cruz más pesada sea el manejo que tuvo con dos seleccionados envueltos en irregularidades.

El pecado mayor del DT fue intentar sostenerlos e incluirlos en la nómina definitiva de 23 a pesar de no haber sido bien investigados en su momento.Le faltó más picardía y estrategia para evitar el escándalo.

La imagen futbolística de la mini-Tri‎ tuvo dos versiones. La pésima dejada ante Venezuela en el hexagonal final y la sorpresiva con victorias oportunas para clasificar.

Es verdad, el equipo de Rodríguez no tiene un fútbol vistoso. Carece de identidad. Juega a lo que puede y a lo que salga. Se apoya más en individualidades. Pero su fuerza anímica para reponerse a la adversidad es elogiable.

Después de lo ocurrido con Venezuela se multiplicaron las voces que exigían la salida del técnico. Sin embargo, el balance global es aceptable, por la clasificación. No se redondeó la campaña de local y se dejó escapar una oportunidad histórica de lograr un título sudamericano.

Hay otro mérito del técnico. Armó un equipo con lo que tiene. Fue parchando con lo que da la tierra y con la base que él mismo trabajó. A los clubes, salvo honrosas excepciones, no les interesa las formativas. Rodríguez se equivocó al dejar fuera de la nómina a futbolistas que están en Europa.

‎Ahora está en manos de la Ecuafútbol ratificar al técnico o buscar alternativas a cuatro meses del mundial.

‎Será difícil pensar que Ecuador tendrá una identidad de juego en Corea cuando todo es disperso y no está articulado en un solo plan de juveniles.

A eso hay que añadir que los clubes solo arman equipos juveniles porque hay la obligación en los torneos. Pocos invierten y entienden la importancia de la formación integral del futbolista. Solo cabe recordar que el año pasado no se jugaron 166 partidos en torneos juveniles porque era más barato pagar la multa que gastar en la programación.

Habrá que preguntar a Uruguay por dónde empezó su reestructuración.