Periodista con 11 años de experiencia que admira al fútbol y todo lo que este apasionante mundo envuelve. Licenciado en Comunicación Social, formado en diario El Comercio por grandes editores y con trayectoria en otros medios como diario Hoy, TV Hoy y Grupo Radial Delgado. Twitter: @Fabychocolate
Indignado 0
Triste 0
Contento 0
jueves 12 de julio 2018

El Mundial de Rusia fue una cachetada para Sudamérica

Fabián Alarcón

Opinión (O)
Twitter: @fabychocolate

El fútbol sudamericano necesita urgentemente una reingeniería, aprender de los procesos y de la organización de Europa, pero sin cambiar su esencia. El Mundial Rusia 2018 deja esa lección que debe ser asimilada.


Históricamente, siempre se han producido esos duelos entre ambos continentes, a escala de clubes y de selecciones. La paridad fue marcada hasta la década del 2000, cuando todo cambió. Desde entonces hay más campeones europeos que sudamericanos.


La última vez que nuestro continente levantó una copa del Mundial de Clubes fue en el 2011, con el Corinthians (del hoy DT de Brasil, Tite). En los últimos seis años elencos como el Real Madrid y el FC Barcelona, con aportes de jugadores sudamericanos, se adueñaron de este torneo.


Y la última vez que Sudamérica fue campeón del mundo en selecciones fue en el 2002, con Brasil. Italia, España y Alemania fueron los monarcas en representación de Europa y, en esta edición 2018, otro equipo de ese continente será campeón, Francia o Croacia.


En este contexto, está claro que Sudamérica debe cambiar sus estructuras para volver a ser competitiva, para disputar palmo a palmo los títulos mundiales con Europa, nuestro eterno rival.


Es evidente que nuestra región posee a los jugadores más destacados históricamente del planeta. El último caso es el de Lionel Messi. Pero también estamos en capacidad de producir nuevos y más talentos como el brasileño Vinícius Junior, que ya fue fichado por el Real Madrid con solo 17 años. El problema es que no contamos con la infraesctructura para darle a esos futuros cracks la competencia y formación necesaria, como sí la tienen en Europa. Por eso prefieren viajar a un lugar donde sí tendrán esas facilidades, porque aquí no encuentran esos espacios ni la competencia adecuada. Esos desniveles se evidencian justamente en la cancha, cuando se enfrentan Sudamérica y Europa.


Inglaterra llegó a semifinales con la base de un equipo que ganó torneos juveniles en Europa y que son titulares en sus clubes dentro de la Liga Premier. Lo mismo ocurrió con la sorprendente Bélgica y no se diga Francia, uno de los combinados más jóvenes con un promedio de edad de 25,8 años. Todos son figuras igualmente en sus torneos locales o en otros clubes europeos.


La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) tiene la obligación de cambiar este panorama, organizando campeonatos juveniles más atractivos, apoyar para que cada federación impulse sus canteras y fortalezca sus torneos locales.


Aquí será clave la formación de mejores entrenadores, con metodologías de trabajo que ayuden a una profesionalización 100% del jugador. Este tema también quedó en evidencia en el Mundial de Rusia, donde los semifinalistas europeos demostraron orden, disciplina táctica y mucha técnica para sentenciar partidos, sin simulaciones ni quemas de tiempo. Es hora de reaccionar.