Pervis Estupiñán celebra el gol del empate a Brasil  luego de ir perdiendo 0-0. Foto: API

Pervis Estupiñán celebra el gol del empate a Brasil luego de ir perdiendo 0-2. Foto: API

Indignado 0
Triste 0
Contento 2
30 de enero de 2017 22:37

Ecuador logra empatar a Brasil luego de ir perdiendo 0-2

Santiago Estrella

Ecuador comenzó el partido 'embalado'. Fue rápido, potente, abría la cancha. usaba la diagonal. Ahogó a Brasil. Tuvo en los cinco primeros minutos tres oportunidades de gol. Brasil comenzó ganando 0-2 en el primer tiempo, pero en el segundo la Mini Tri empató 2-2.


En el primer minuto Herlin Lino pegó en el poste. Luego, un centro de Bryan Cabezas no encontróa tiempo a Joao Rojas; y a los 5' éste remató y tapó el arquero Caique.

Si bien a esta altura del partido Brasil no llegó de manera efectiva al arco de José Cevallos, comenzó a encontrar ciertas posibilidades de callejón. A los 11 fue el primer remate, rasante y de media distancia que tapó sin mayor complicación, Cevallos. 

El punto destacado de este primer tiempo fue que, al  menos en el inicio, por las bandas Ecuador tenía un mejor desempeño que en partidos anteriores. Si se sentía que hacía falta que se enchufaran en el juego colectivo del equipo, al menos en estos minutos iniciales. 

Pero eso fue solo el inicio. Luego pasó lo peor. Ya Brasil comenzó  a hacer de las suyas. Encontró los espacios y tiempo para rematar. Un remate de David Neves fue despejado con esfuerzo por el aquero Cevallos. Imposibilitados para despejar la defensa, Guilherme Arana remató la pelota que fue imposible detener para José Gabriel Cevallos, a los 14 minutos. 


Con eso se cayó la "inspiración" Tricolor. Luego se pudo nervioso. Y perdió cualquier claridad, careció de ideas. Y volvió nuevamente a lo que ya pecó en el primer partido con Brasil: el pelotazo, mayormente anodinos, inútiles, o como quieran llamarlo.

No hubo que esperar mucho. Ecuador se descompuso totalmente. Y llegó el segundo. Pervis Estupiñán rechazó una pelota de la raya, pero en seguida Brasil encontró espacio con Silva, por derecha, hizo lo que quiso para dar el centro y que Maycon rematara sin obstrucción defensiva alguna para el 0-2. 


Ecuador algo reaccionó con un remate de Lino, rasante, en un ángulo incómodo, que tapó Caique con el pie. Pero luego de eso fueron jugadas de puro fervor pero sin un concepto de juego. Porque Brasil presionaba en campo ecuatoriano y, entonces, el pelotazo arriba para ver qué pasa, fue la tónica. Hasta el descanso. 

¿Hubo algún cambio en el segundo tiempo?  Al comienzo, no. Al menos en la claridad del juego de la Tricolor. Brasil, en cambio, jugó a lo suyo. La ventaja era, por el momento, suficiente. Y no tenía por qué desesperarse. Lo que  mostraban  los jugadores ecuatorianos era incluso debilidad técnica individual. Y cuando se carece de eso, poco se puede pensar en el juego colectivo. 

Un remate de cabeza débil de Quintero fue el mayor susto que pudo sufrir Caique, a los 55'. 


Ya después Brasil hizo que quiso en el campo de juego. Algunas jugadas de lujo, amagues, gambetas ante un Tricolor que no sabía qué hacer contra ellos, qué hacer con ellos. Pero eso, al final de cuentas, le terminó costando el empate. 

Pronto, de manera casi impensada, Ecuador se recuperó. ¿Fue fruto de buen fútbol? No tanto. Sí hubo ganas. Dos penales a favor de Ecuador, penales legítimos a Lino, el jugador gravitante de Ecuador que por velocidad encontraba descolocado a la defensa. Y todo eso devolvió el fervor a la hinchada 

Regresó el fervor a la hinchada, más por una casualidad que fruto de un buen fútbol. Una falta durísima de Caique sobre Lino en el área penal. A los 24 minutos, Renny Jaramillo marcó el 1-2. 


Ecuador se motivó, recuperó en algo la confianza. Y si antes se escuchaban tibios gritos de Ecuador-Ecuador (antes se escuchaban los uuuuuuuh desapabradores). Pero la locura volvió a los 32 minutos, con el penal que marcó Pervis Estupiñán para el empate.


De los "uuuuuh" desaprobadores, regresó el delirio. Y Ecuador, más con fervor que con verdadera claridad, logró un punto que lo pone en marcha para obtener uno de los cuatro cupos para el Mundial de Corea del Sur.