Gloria Saleb

Gloria Saleb completa sus ingresos en el fútbol con un puesto de frutas en el mercado. Foto: David Paredes /BF.

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24 de octubre de 2019 19:38

Gloria Saleb busca una revancha en la Copa Libertadores femenina

David Paredes

Gloria Saleb, la golera que dejó fuera al Deportivo Cuenca en los cuartos de final de la Copa Libertadores femenina, pensó en abandonar el fútbol hace dos meses. Sentía que ponerse los guantes y dedicarle casi 10 años a este deporte no era tan rentable como sus otras actividades.


En Lambaré, su ciudad natal, trata de ganarse la vida de distintas formas. Hace limpieza en casas, es mesera en restaurantes y tiene dos negocios propios. Vende ‘remedios refrescantes’ en la calle y desde este año montó un puesto de frutas y verduras en uno de los mercado populares de Asunción.


“En el fútbol no se gana mucho dinero. Me ha tocado hacer actividades extras. El tiempo no me alcanzaba para ir a entrenar. Por eso pensé en dejarlo”, dice Saleb.


Su rutina diaria empieza a las 04:00. Viaja cerca de 20 kilómetros a Asunción para comprar en el mercado los insumos de su negocio de ‘remedios refrescantes’ y de frutas y verduras. Esta actividad la combina con sus entrenamientos en Cerro Porteño, donde también ataja en el equipo de fútbol sala.


Por eso, después del juego ante el Deportivo Cuenca, se derrumbó al suelo y lloró. Tras marcar el último penal, con el que las guaraníes accedieron a la siguiente ronda del torneo, también se abrazó con sus compañeras.


“El lunes no pude dormir bien de la emoción. Antes de que viajáramos a Quito dijeron que este equipo solo iba a participar, que no tenía madera para llegar tan lejos”, asegura Saleb con algo de frustración.


Esta golera de 28 años se ha transformado en una de las piezas claves del ‘Ciclón’. Atajó penales, marcó un gol clave y además es considerada por el DT Esteban Vom Lucken como una de las líderes.


Su historia en el fútbol inició tarde. Con 18 años decidió irse a probar a Nacional. Ese año, el equipo femenino ya no aceptaba jugadoras. Sin embargo sus planes no se vieron frustrados.


Junto a su hermana Esther recorrieron por Asunción buscando alternativas. Encontraron en Cerro una nueva chance. El equipo azulgrana necesitaba delantera. Saleb se armó de valor y decidió probar suerte como goleadora.


“No pude quedarme en Cerro como 9. Habían muchísimas y muy buenas. Me fui del club frustrada hasta que un día me invitaron a jugar en barriales”, recuerda.


Gloria tuvo suerte. Bertha Blanco, actual preparadora de arqueras de la selección paraguaya, la observó y se ofreció en entrenarla. Perfeccionó su técnica hasta que llegó al primer equipo del ‘Ciclón’.


Blanco fue su formadora. Le enseñó la técnica y le inculcó el gusto por evitar goles mientras Saleb se entrenaba como atacante. No fue fácil, porque debía aprender nuevos métodos de entrenamiento.


“Entrenaba con Blanco hasta cuatro horas diarias y luego me iba a hacer mis otras actividades”, recuerda.


Con el tiempo se dedicó plenamente al arco. Su constancia y sus sacrificios la han llevado a representar a su país y equipo en el extranjero.


Este año fue convocada a la selección paraguaya para jugar los Panamericanos de Lima. Con su club ya jugó dos semifinales de Libertadores en el 2014 y 2017. Esta noche buscará el cupo a su primera final continental.


En las dos semifinales anteriores su club perdió ante brasileñas (San José y Corinthians). Por eso, ante Ferroviaria, quiere tener una revancha y por fin llevar a su país el trofeo que Cerro Porteño tanto anhela.


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