Juan Rescalvo, asistente técnico de su hermano Ismael Rescalvo, en Independiente del Valle

Juan Rescalvo, asistente técnico de su hermano Ismael Rescalvo, en Independiente del Valle. Foto: David Paredes

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15 de octubre de 2018 15:43

Juan Rescalvo: 'Sin incentivos se desvirtúa el torneo'

David Paredes

Juan Rescalvo es el hermano de Ismael, director técnico de Independiente del Valle y es su asistente técnico. El entrenador asegura que el campeonato ecuatoriano ha perdido atracción porque los equipos tienen la opción de no descender a fin de año. 


¿La eliminación del descenso para los clubes al final del año ha incidido en el nivel del torneo?
Todos los equipos jugamos por incentivos. Algunos por llegar lo más alto que se pueda en la tabla, otros por el campeonato o por clasificarse a un torneo internacional. Cuando un equipo tiene la opción de no descender, el torneo deja de ser atractivo. Si sabes que no vas a competir por algo, juegas con gente muy joven. Pruebas jugadores de la cantera, que me parece perfecto, pero no tienen el reconocimiento a su esfuerzo. En todas las ligas del mundo hay ascensos y descensos. Eso tiene que estar. Si no hay, se desvirtúa un poco la competición. 


​¿Cuánto repercute esto en clubes que pelean por el título?
El no tener descenso hace que los equipos jueguen sin presión. Eso hace que haya más sorpresas y se quiten más puntos. Cuando existe la presión de descender hay nervios y tensión. Eso provoca más errores. Con esta decisión se pierde la emoción y eso no beneficia al torneo. 


​Entonces, ¿el campeonato es atractivo o competitivo? ​

Es competitivo, porque no hay monopolio de equipos como en otras Ligas. En España, unos dos o tres se pelean los títulos. Acá hay muchos equipos grandes y cualquiera puede salir campeón. Tienes la ventaja de ser campeón en un solo semestre. En otras ligas se juegan 9 meses y se premia la regularidad. Hay clubes que van bien y al final se caen por la venta de jugadores o porque cambian de entrenador. 


​¿Cuál es la alternativa para que el torneo se vuelva más atractivo? ​
Que los equipos denominados chicos o humildes ganen el torneo. Algo de eso tiene esta temporada. Macará es puntero y a falta de pocas jornadas tiene posibilidades de jugar una final. Que un equipo que no sea Barcelona, Liga de Quito o Emelec ganen sería bueno, porque eso demostraría que hay competencia y que cualquiera le puede ganar a cualquiera. 


​¿Qué le falta al fútbol ecuatoriano para profesionalizarse totalmente?
Aún hay que trabajar en varios ámbitos. Primero, desde la infraestructura de las canchas. Acá no todos tienen la suerte de contar con buenas instalaciones de entrenamiento, buenos campos para jugar. Creo que la infraestructura de estadios es un aspecto por mejorar y profesionalizar. Eso es lo que hace que una liga sea distinta a las otras. 


​¿Cómo analiza el proceso de transición de Campeonato a la Liga Pro? ​
Acá se disputan muchos partidos durante el año. Es uno de los torneos que cuenta con menos equipos. Eso provoca que cada equipo juegue dos partidos ante un mismo rival, en cada semestre. Eso es una barbaridad. Los jugadores necesitan descanso entre un semestre y otro. A eso hay que agregarle que todos los años hay competencias de selecciones y los futbolistas necesitan una paralización. 


​A usted le gusta el formato propuesto por la Liga con 16 equipos y receso a mediados de año... ​
El cambio con la Liga va a ser positivo. Habrá más equipos y se jugarán menos partidos por semestre. El nivel puede aumentar. Habrá más tiempo de preparación para los partidos. 


​Usted como español y como entrenador de fútbol, ¿qué beneficios miró cuando su país decidió formar una Liga profesional? ​
La transición que se vive acá pasó hace mucho tiempo en España y siempre hubo descenso. Lo que se logró allá en beneficio del espectáculo fue la profesionalización de todos los sectores. No sé si acá pasa, pero en España el árbitro vive de ser árbitro. 


​¿Qué diferencias encuentra entre el sistema del fútbol español y el ecuatoriano? ​
En España no hay tanta diferencia en el contexto y las condiciones. Allá no hay altura. En Colombia, donde hemos tenido la experiencia más reciente, se puede jugar en una semana a 3 000 metros de altitud en Tunja, en Boyacá, y a la semana siguiente en Barranquilla al nivel de mar. Esas diferencias muchas veces hacen que los partidos sean parejos y que exista dificultad, sobre todo para los equipos grandes. 


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