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La sombra de Carrasco

Francisco Sandoval,

EL ILUMINADO

Aunque lo ideal es mirar siempre para adelante, a veces resulta inevitable notar que la historia tiene a repetirse, particularmente en aquellos sucesos que preferiríamos dejar atrás de una buena vez.

@emelec_max

Para la hinchada de Emelec, uno de esos sucesos pertenece a su historia reciente. Del 2011, para ser más exactos. Ese año, el 'Bombillo' pugnaba por volver a ser campeón nacional, después de cerca de una década de frustraciones. Para esto contaba con un plantel de jugadores envidiado por otros clubes, pero aún le hacía falta algo vital: un conductor con personalidad, carácter y buenas ideas para convertir al “grupo” en un verdadero equipo.

Para subsanar ese pequeño gran inconveniente, la directiva azul contrató a Omar Asad, un técnico joven, con antecedentes positivos como jugador y mediocres como director técnico en su Argentina natal. Y aunque las dudas lo acompañaron desde el momento en el que su nombre fue mencionado como posibilidad, el paso del tiempo demostraría que el u2018Turcou2019 sabía lo que hacía.

El ex Vélez Sársfield logró levantar la moral del plantel -tras el fracaso en la final ante Liga de Quito-, y logró hacerlo funcionar de forma eficiente, vistosa y contundente, al punto de convertirlo en el equipo con el que nadie quería encontrarse. Así, Emelec ganó la primera etapa y se perfilaba para coronarse campeón directo en aquel año.

Sin embargo, la aparición de San Lorenzo de Almagro en el panorama del u2018Turcou2019 cambió decididamente esta historia, encaminándola a la desgracia. Asad y su falta de ética corrieron detrás de la oferta de un equipo que, en aquel entonces, estaba más para el descenso que para cualquier otra cosa. Ante la urgencia, y por la poca confianza que la dirigencia azul le tuvo siempre a Juan Ramón Silva, Emelec buscó a Juan Ramón Carrasco, DT uruguayo famoso por sus apasionadas y carismáticas arengas.


Carrasco, conocido por haber dirigido a Nacional, River Plate y Danubio de su país, así como por un paso breve por la Selección u2018charrúau2019, llegó con la consigna de apuntalar lo hecho por Asad, y llevar a Emelec hacia la tan anhelada estrella 11. Sin embargo, todo quedó en palabras.

Era de suponerse que Carrasco, como cualquier DT, intentaría plasmar su estilo personal en el juego de sus dirigidos. Para eso lo habían contratado. Sin embargo, el cambio fue tan forzoso que el desempeño individual y colectivo de los jugadores azules decayó drásticamente, creando además un muy mal ambiente en donde antes había armonía y compañerismo. Todo esto fue muy evidente ante los ojos de una hinchada que, cansada de escuchar los pretextos del técnico y la terquedad con la que la dirigencia lo defendía, empezó a hacer público su malestar en las gradas.

Y lo que tenía que pasar, pasó: Juan Ramón Carrasco dejó de ser el DT de Emelec. Por desgracia, esta u2018valienteu2019 decisión dirigencial llegó demasiado tarde, cuando la segunda etapa estaba prácticamente perdida. La inexperiencia del caudillo de la defensa u2013devenido en DT emergente- Marcelo Fleitas no ayudó a evitar lo que, a esas alturas, estaba más que encaminado: el sonoro fracaso de un equipo que empezó el año como un serio candidato a ser campeón.

En los casi cuatro años que han transcurrido desde este triste desenlace, las cosas han cambiado significativamente para Emelec. La llegada de Gustavo Quinteros, plagada de las mismas dudas que acompañaron a Asad, tuvo un resultado mejor que el esperado: el u2018Bombillou2019 alcanzó el tercer bicampeonato de su historia tras 11 años sin festejar, gracias a un juego vistoso, rápido, efectivo, al que pocos rivales pudieron hacerle frente sin salir mal parados. Los sueños de la hinchada comenzaron a crecer: ahora tenían en mente un torneo internacional.

Pero, al igual que en el 2011, alguien se atravesó en el camino del equipo que aspiraba a ganarlo todo, y tenía lo necesario para lograrlo. Esta vez, se trataba de Luis Chiriboga, a quien no se le ocurrió mejor idea para frenar a la aplanadora azul que sacarle a su conductor. En medio de decenas de posibles candidatos, el ingeniero optó por contratar a Gustavo Quinteros para que se haga cargo de esa eterna fuente de decepciones conocida como la Selección Nacional.


¿Qué podía hacer Nassib Neme para frenar la decisión tomada por Chiriboga y Quinteros? Nada, obviamente. Como en el 2011, el técnico estaba totalmente determinado a irse del equipo, y a la dirigencia no le quedó más que buscarle un reemplazo. Esta vez, el elegido fue Omar De Felippe, por quien la cúpula azul ya venía preguntando desde hace tiempo.

Presentado como un técnico de estilo similar al de su antecesor (a pesar de que la fanaticada argentina lo señalaba como un técnico notablemente defensivo), De Felippe no dudó en llenarse la boca de promesas. Prometió que no cambiaría mucho, que sería él quien se adapte al equipo y que su huella sería mínima.

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Pero al igual que Carrasco, De Felippe no pudo resistirse al mandato de su ego: si Emelec era su equipo, tendría que jugar con su estilo. Nuevamente, las repercusiones de este súbito cambio no se hicieron notar: por un lado, las estadísticas demuestran que el desempeño defensivo del equipo mejoró notablemente.

Por otro lado, el capricho de incluir a un u20189u2019 de área (una posición en la que Emelec no tiene mucho para escoger) disminuyó considerablemente el poder ofensivo de un equipo que, hasta antes de su llegada, vencía la resistencia de sus rivales a puro vértigo, gracias al talento y la velocidad de Miller y Mena, la nueva dupla goleadora que, ante los ojos del ex DT de Independiente de Avellaneda, parece no tener mérito alguno para comandar el ataque.

Los resultados están a la vista: Emelec luce totalmente impotente en la cancha. Es desesperante su incapacidad de vencer a rivales sin argumentos ni condición física, como Aucas, Barcelona o River Plate. Es triste escuchar a los principales jugadores expresar su preocupación por el cambio de estilo de juego (lo cual, en el 2011, era una clara señal de que el 'camerino' se le estaba yendo de las manos al DT). Es frustrante la terquedad con la que el u2018profeu2019 insiste en ubicar en la delantera a Herrera o Escalada, que siguen sin justificar su presencia en tal posición. Pero sobre todo, es preocupante el rumbo que Emelec ha tomado desde la llegada de Omar de Felippe: de ser un equipo encaminado al tricampeonato y con serias aspiraciones internacionales, ha pasado a ser un equipo de relleno, que mira a cada vez mayor distancia cómo otros clubes se disputan el sitial privilegiado que, en años anteriores, era suyo sin discusión.

Las comparaciones son odiosas, más aun considerando que apenas nos acercamos al final de la primera etapa. Pero es inevitable hacerlo cuando la triste historia del 2011 está aún tan fresca en nuestra memoria colectiva. Solo nos queda mantener el optimismo, y esperar que tanto el DT como la dirigencia hagan las rectificaciones necesarias para ahuyentar la sombra del fracaso. Y que esta vez, para variar, las hagan a tiempo.