Los

Los problemas del Deportivo Quito no se han ido en este 2015. Foto: Archivo / BF

Indignado 0
Triste 0
Contento 0

¿Cuál es el destino del Deportivo Quito?

Santiago Guerrero Vinueza

Apóstol Santiago

Hay una canción del Deportivo Quito que dice ...fueron tantos y tantos diciembres sin verte campeón.... Fueron exactamente 40 años sin levantar un título, y aunque en ese lapso se vivieron crisis, ninguna fue tan grave como la que atraviesa por estos días el equipo de la Plaza del Teatro.

Esos 40 años dejaron como herencia mucha pasión, muchas ganas de ver al Deportivo Quito campeón, pero también mucha ansiedad. Esa frustración de una y otra temporada nubló la mirada de todo el mundo azulgrana.

Por eso, cuando llegó el éxito en el 2008, muchos no supieron qué hacer. La ansiedad jugó en contra. La cortina de humo de ese título después de tanto tiempo llevó a los dirigentes, a los hinchas y también a los jugadores a equivocarse fuera de la cancha.

En los últimos siete años los presupuestos se inflaron desmedidamente, se tomaron decisiones a la ligera, se pensó con el corazón en la Preferencia y no con la mano en el bolsillo. De hecho, el Deportivo Quito es uno de los culpables de la burbuja económica que vive nuestro fútbol.

Varios jugadores que vistieron la camiseta de la AKD en los últimos años cobraron sueldos que probablemente no se volverán a repetir. En su afán de protagonismo, el autodenominado u2018Equipo de la Ciudadu2019 elevó sus presupuestos de manera absurda, sin algo que toda empresa (de cualquier tipo) debe tener: un plan estratégico.

Y claro, llegó la crisis. Y llegó de golpe. Y muchos de los que gozaron de los años de éxito no volvieron a aparecer. Fueron pocos los que han intentado dar la cara en estos últimos meses. Porque no es fácil estar al frente de un equipo quebrado, poniendo en riesgo la estabilidad familiar a cambio de nada. O quizás a cambio del olvido, porque nadie les va a agradecer a los últimos cuatro presidentes del Deportivo Quito haber pagado tantas deudas en tan pocos días.

Pero ahí no termina todo, porque los acreedores se multiplican todas las semanas y no hay plata que alcance. Y la pregunta que salta es: ¿a dónde va el Deportivo Quito?, ¿merece la pena seguir sufriendo tanto sin saber qué va a suceder?

Sería una lástima que un equipo con tanta tradición tenga un final tan triste, pero quizás sería más digno morir de un solo golpe para volver a renacer, que seguir agonizando a lo largo de los días. En el Deportivo Quito no solo es tiempo para seguir girando cheques, sino que también debería ser una época para reflexionar.

Otras columnas del Apóstol Santiago