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Emelec se llevó un punto de su visita al Monumental 

Bendito Fútbol

MONUMENTAL

Barcelona y Emelec empataron 1-1 en el estadio Monumental de Guayaquil por la final de ida del Campeonato ecuatoriano. 

Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO

Con un impresionante público, aunque no con un llenazo total, el cotejo empezó con un Emelec luciéndose en la recuperación de la pelota y la rápida distribución a Robert Burbano, quien por derecha buscaba armar el juego con Miler Bolaños.

Barcelona: Máximo Banguera; Pedro Velasco, Franco Peppino, Luis Checa, Geovanny Nazareno; Luis Caicedo (Erly Esterrilla, 46), Álex Bolaños, Matías Oyola, Aaron Peñafiel (Michael Jackson Quiñónez, 46); Christian Suárez e Ismael Blanco.

Emelec: Esteban Dreer; John Narvaez, Jorge Guagua, Gabriel Achillier, Óscar Bagu00fcí; Osbaldo Lastra, Pedro Quiñónez, Robert Burbano (Mauro Fernández, 80), Fernando Giménez, Ángel Mena (Manuel Herrera, 71) y Miller Bolaños (José Luis Quiñónez, 87).

Los pupilos de Gustavo Quinteros no fueron a la final a defenderse sino a proponer, mientras el local mostraba enormes problemas para entregar la pelota, sobre todo en mitad de campo. Ante el orden de defensa azul, los canarios de Rubén Israel sufrían para salir con precisión. El 'Gordo Lucho' Caicedo no estaba enchufado y Matías Oyola estaba muy bien patrullado.

Así, quizás demasiado rápido, Emelec pudo abrir la cuenta al minuto 19, gracias a un estupendo pase de Bolaños hacia Ángel Mena, quien le ganó las espaldas al desconcentrado Luis Checa (se quedó enganchado) y definió solo ante Máximo Banguera.

Estas fueron las alineaciones:

Los canarios acusaron el golpe y procuraron ser más ofensivos, pero se mantuvieron los errores en la entrega. Hasta ese momento, Quinteros le estaba ganando el duelo a Israel con algo simple: le entregó la pelota a un equipo que no sabía cómo distribuirlo. 

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Por eso, aunque el local 'atacaba' más, los contragolpes azules eran más peligrosos e incisivos. Al 38, una jugada entre Mena, Bolaños y Burbano casi termina en gol. 

Al 40, Barcelona tuvo una opción en una confusión en el área, pero el balón fue despejado. Un minuto después, Franco Peppino llegó tarde a un centro. Pero la inmediata respuesta de Emelec paralizó al público, con un cabezazo de Bolaños (u00a1solo entre los centrales!) que fue bien atajado por Banguera, esto tras un error previo de Caicedo, que en lugar de aplomarse se derretía por la presión.

Para el segundo tiempo, Israel hizo dos cambios de golpe: ingresaron Erly Esterrilla (con la esperanza de dar más velocidad al juego canario) y Michael Jackson Quiñónez (para tener más ductilidad y control) por Aaron Peñafiel y Caicedo.

Pero no funcionó mucho. El cotejo mantuvo la tendencia de los locales buscando caminos, desconcertador por el peso de repartir la pelota, y la visita contragolpeando.

El segundo tiempo se fue en pocas ocasiones de gol, algunas jugadas bruscas pero nada más que no fueran balones pasando cerca de los arcos picando en las áreas. 

Hasta que al minuto 88 llegó la jugada que todo el estadio esperaba: Ismael Blanco, casi de rebote, metió el balón luego de un centro que fue desviado por su compañero Geovanny Nazareno. Emoción y júbilo en un escenario sin hinchas visitantes.


Hubo drama en los minutos finales, con Barcelona presionando pero no hubo tiempo para más. Emelec, que pudo ser ganador, se lleva en todo caso el premio de un gol de visitante, ventaja pequeña pero que podría ser determinante en la cuenta final.