Periodista, relator y anchor de televisión. Puedes seguirme en Twitter: @FPHidalgo.
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martes 07 de marzo 2017

¿Sanción o premio? 

Fredy Hidalgo

El 5 de febrero de este año, vivimos otro acto nefasto de violencia en nuestro país. Barcelona Sporting Club recibía a Macará en el estadio Monumental de Guayaquil, pero el cotejo se suspendió cerca de los 13 minutos porque hubo peleas entre hinchas “canarios” en el sector de la barra Sur Oscura. Ese compromiso debió completarse al día siguiente sin asistencia de público. Esa triste noche, representantes de la Intendencia confirmaron 41 personas heridas.


Como consecuencia de aquello, el elenco amarillo no podrá jugar en su cancha durante tres fechas como local. Eso hizo, además, que los dirigentes del club anunciaran la restricción del ingreso al estadio a miembros de esa barra.

El reglamento de la Comisión de Disciplina de la FEF, en su artículo 107, afirma que “El club sancionado con la prohibición de jugar el o los siguientes partidos como local, en ningún caso podrá cumplir la sanción en un escenario dentro de la jurisdicción provincial en la cual se cometió la infracción”.

Barcelona jugó con El Nacional en Machala; contra River lo hará en Quito, por la cantidad de espectadores y contar con el apoyo de su hinchada. Para el “popular”, esta sanción termina siendo una especie de premio, ya que distinto sería el panorama si jugara en el Monumental sin público.

Para las instituciones grandes, el jugar lejos de su jurisdicción termina siendo un negocio redondo, siempre y cuando se enfrenten contra equipos poco atractivos. Le ha pasado a Liga jugando en Ibarra, en donde lleva más hinchas incluso que a su propio estadio. Se da por razones lógicas: los hinchas de las ciudades pueden tener a sus ídolos cerca.

Lo más preocupante es que ni los directivos ni la federación ecuatoriana de fútbol buscan rectificar el reglamento, con medidas severas, como la pérdida de puntos o simplemente jugar sin público, pero no, prefieren mantenerse en el mismo círculo vicioso donde las sanciones saben a premio, y el campeonato pierde en seriedad.

Totalmente indignado tengo que reconocer que en nuestro fútbol como dice Eduardo Galeano “La justicia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos”.