Licenciado en Comunicación Social. Periodista deportivo desde 2007, experiencia en radio (Positiva, Colón, Tarqui) y prensa escrita (Diario La Hora). Actualmente presta servicios en Radio Quito y Platinum (Grupo El Comercio). Suena el silbato y abandono el mundo por 90 minutos. Twitter: @jcvanegas
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viernes 18 de noviembre 2016

Celeste aunque te cueste

Juan Carlos Vanegas

Ambato, sin miedo a equivocarme, debe ser una de las plazas más bonitas para acoger el fútbol de Primera. Su gente gusta del buen juego, de la promesa de espectáculo. La capital tungurahuense no ha corrido, de momento, con la fortuna de Riobamba que, en el 2000, y Cuenca, en el 2004, vieron a sus equipos dar una vuelta olímpica.


¿La razón? Iniciativa dirigencial, visión empresarial, mejor estructura. La verdad es que es incierto el motivo por el cual una de las capitales provinciales más importantes del país no consolide un equipo de fútbol en el plano local y lo proyecte a nivel internacional. A parte de Macará, ‘Ídolo’ de Ambato, hay otro buen prospecto: Técnico Universitario.

Nombres como el del ‘Celeste’ guaytambo le dan un tinte especial a la Serie A. Macará es un equipo que genera expectativa, obviamente dentro de sus límites. ¿Quién puede debatir la idea de que resulta más atractivo un Liga de Quito – Macará, que un Liga de Quito – Mushuc Runa?, por ejemplo.

Macará, con 77 años de historia, tiene tradición, tiene hinchada, algo que Independiente del Valle, pese a tener dinero y un subcampeonato de América, ambiciona. Es como una Liga de Portoviejo en Manabí, como un Olmedo en Riobamba, como una Liga de Loja en la ‘Centinela del Sur’, equipos que, por ahora, no están en Serie A, pero que se los extraña en demasía.

Sin tener títulos nacionales y ninguna intervención en Copa Libertadores de América, Macará ha cumplido con buenas campañas, como la de 1972 (cuarto lugar), donde fue gran figura Marco ‘Rivelino’ Constante. Y ya que hablamos de figuras, sería pecado no nombrar a los delanteros Rómulo Dudar Mina e Ítalo Estupiñán, los mejores aportes surgidos del ‘Ídolo’ ambateño.

Pero la historia de Macará no termina ahí, el éxito y la gloria están por venir. En 2017 el cielo será más celeste en Ambato. Macará volverá a la serie de privilegio del fútbol ecuatoriano. La responsabilidad de engrandecer a la institución recae en Miller Salazar y su grupo de dirigentes. Ya basta de ser un equipo ascensor. ¡Potencien al ‘Ídolo’!

Que lo que comenzó en agosto 25 de 1939, en el parque Montalvo, tenga su razón de ser. La idea sería ver a una institución deportiva sólida, formadora íntegra de futbolistas, ejemplo y admiración en Tungurahua. Así los títulos nacionales y las buenas campañas internacionales llegarán por añadidura.