Periodista formado en Grupo El Comercio y Bendito Fútbol. Comunicador social de coincidencia. Las casualidades de la vida me llevaron al fútbol y ahora me muevo en el área chica del mundo digital y las crónicas insensatas. Me apasiona hablar de lo que a nadie le gusta.
Indignado 0
Triste 0
Contento 1
miércoles 06 de septiembre 2017

‘Ya teníamos director técnico’

Rodrigo Martínez

Gustavo Quinteros debe irse de la Selección ecuatoriana. Con escaso recambio, un camerino fragmentado y ninguna solvencia en las eliminatorias, el DT argentino-boliviano no goza de aptitudes ni prestigio para quedarse en la Tricolor, cuando quedan mínimas posibilidades para llegar a la Copa Mundial de Rusia 2018.


La renta del entrenador argentino-boliviano se terminó y ni siquiera el histórico triunfo de visitante con Argentina es capaz de sostenerlo en el cargo. A las ocho derrotas en las eliminatorias -la peor campaña de Ecuador desde que se mantiene el actual formato de clasificatorios sudamericanos- se sumaron el fracaso en la Copa América de Chile 2015 y la discreta participación en la Copa Centenario, con un solo triunfo frente a la débil Haití.


El inicio de eliminatorias, con cuatro victorias seguidas, fue la muralla para blindar a Quinteros de las críticas por su escaso trabajo en la Selección. Desde entonces se perdió de local con Brasil, Colombia y Perú. Se ganaron ocho puntos en 12 partidos y se acabó la solvencia de la localidad en Quito, donde Reinaldo Rueda cedió un solo empate en todo el proceso a Brasil 2014.


No somos el 98% que no entiende de fútbol, los ‘idiotas’ o los ‘mediocres’ a quienes aludía el director técnico como justificativo en sus charlas con periodistas. Tampoco somos la altura de Quito -donde llegamos a tres Mundiales- y hoy curiosamente sí afecta a la plantilla.


Si no llegamos al Mundial, es por la arrogancia y el pésimo trabajo conjunto de la Selección: Quinteros, la directiva y por supuesto, los jugadores. Todos ellos son culpables de la eliminación. 


Cómo es posible explicar que durante este año Quinteros realizara sus primeros microciclos para ver a los jugadores del torneo e incluso se inventara amistosos con Selecciones que venían en bajo desempeño. ¿Dónde estaba en la final del Independiente del Valle? ¿Dónde estaba en el torneo Sudamericano Sub 20? ¿Dónde estaba en el Mundial Sub 17 del 2015? ¿En qué trabajaba cuando no había compromisos de la Selección?


La culpa no es solo de Quinteros. Esta irresponsabilidad también pasa por una dirigencia incapaz de exigir al entrenador rendiciones mensuales de cuentas, trabajos en formativas y análisis detallados de los futbolistas locales que podrían ser considerados en la nómina. Parecía que para Quinteros solo existían los jugadores de Emelec y Barcelona, porque del puntero y finalista Delfín no hubo ni un solo convocado contra Brasil y Perú.


Quinteros resignificó el concepto de entrenador de los retrasos y las rentas, muy parecido a la famosa ‘hora ecuatoriana’. Se retrasó en sentar a Walter Ayoví. Se retrasó en realizar microciclos. Se retrasó en no convocar a los jugadores en bajo rendimiento con sus clubes. Se retrasó en consolidar una dupla de defensas centrales, un arquero y un volante izquierdo. Se justificó en los lesionados y las ausencias. Creyó que cuatro victorias consecutivas eran suficientes para llegar al Mundial.


¿Qué aporte dejará Quinteros? La Selección debe encontrar nuevos talentos para Catar 2022 con una alta probabilidad que no seguirán en el proceso jugadores que pasarán a la veteranía como Gabriel Achilier, Cristhian Noboa, Felipe Caicedo, Juan Carlos Paredes, Jefferson Montero o el mismo Antonio Valencia. Todos ellos tendrán más de 33 años cuando sea la cita en Medio Oriente.


Para colmo quedó en debate un posible regreso de la Selección a Guayaquil. Es un hecho que a Quinteros jamás le gustó jugar en Quito (ni siquiera vivió en la capital) y entrevió la posibilidad de regresar al llano, donde la Tricolor jamás clasificó al Mundial.


Tampoco quedarán los escuetos comentaristas que agoraban ‘ya tenemos técnico’ o ‘nos dará el salto de calidad que necesitamos’. Lo único cierto es que el último entrenador colombiano al que desprestigiaban fue aquel que llevó a la Tri al Mundial de Brasil 2014. Sí, es el mismo DT que ganó la Copa Libertadores 2016 y hoy dirige al más grande del fútbol brasileño.