Periodista formado en Grupo El Comercio y Bendito Fútbol. Comunicador social de coincidencia. Las casualidades de la vida me llevaron al fútbol y ahora me muevo en el área chica del mundo digital y las crónicas insensatas. Me apasiona hablar de lo que a nadie le gusta.
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miércoles 21 de marzo 2018

¿Nadie siguió el ejemplo de Antonio Valencia?

Rodrigo Martínez

Antonio Valencia era el mejor futbolista ecuatoriano en el 2009. Después de un mediático fichaje por el Manchester United, Ecuador por fin tenía un jugador en un equipo élite de Europa precedido por las buenas actuaciones que hicieron Ulises De la Cruz (Aston Villa) y Édison Méndez (PSV). Nueve años más tarde, el ‘Toño’ todavía es el mejor futbolista nacional y la puerta europea que abrió al Viejo Continente parece cerrarse para otros, tras una multitud de frustraciones.


El amazónico, a sus 32 años (cumplirá 33 este agosto), es el segundo capitán del Manchester United y superó los 300 partidos con el equipo inglés. Su palmarés es irreprochable: dos Ligas, dos Copas de la Liga, una Copa de Inglaterra, una Europa League y una final de Champions League.


Cristhian Noboa (Rubin Kazan) o Felipe Caicedo (Lazio) también gozaron de recorridos interesantes en el balompié europeo, pero ninguno se comparó con Valencia. A pesar del exilio de futbolistas luego del Mundial 2014 o la Copa Libertadores que realizó Independiente en 2016, Ecuador pierde cada vez más relevancia en el mercado de fichajes internacionales porque son menos los futbolistas que rinden afuera.


Puede que sea por la falta de patacones, fréjol, jugos de naranja, el clima cálido o la complicada competencia lo que los aleja de los grandes equipos y las grandes ligas, pero ¿no se suponía que el torneo ecuatoriano estaba entre los 20 mejores del mundo y sobraba el talento?


Desde mediados del año anterior existe una situación preocupante, que coincide con el fracaso clasificatorio de Ecuador. Una oleada de jugadores que tiene menos de 30 años volvió sin éxito desde el exterior. En la lista están dos que lo hicieron desde Europa (Jefferson Montero y Juan Carlos Paredes) y otros que apenas disputaron una temporada en Brasil (Jefferson Orejuela y Luis Caicedo). Enner Valencia, buscó un club en la Liga mexicana, luego de no destacarse en los tres años que jugó en la Premier League.


Y es que desde el 2009 Antonio Valencia fue el único que alcanzó a triunfar a pesar del idioma, el frío y la cultura. Otros que siguieron sus pasos europeos como Christian Benítez, Segundo Castillo, Fernando Guerrero o Carlos Gruezo tuvieron que volverse para jugar en equipos inferiores.


Esto tampoco es algo exclusivo de aquellos que prueban suerte en Europa. Le sucedió al zaguero Arturo Mina. Se destacó con Independiente del Valle en la Copa Libertadores y fue fichado por River Plate, con declaraciones eufóricas que le hicieron ganarse el aprecio de la hinchada. En menos de seis meses su rendimiento decayó y tras desastroso clásico contra Boca Juniors, el DT Marcelo Gallardo lo reemplazó con un juvenil. Hoy, el que fuera uno de los zagueros de más proyección de la Tri, milita en un club poco importante de la Liga turca.


Uno de los culpables fue Gustavo Quinteros, exseleccionador de Ecuador, quien además de complicarse con el camerino, tampoco incentivó la competitividad en las convocatorias. Elegía a sus jugadores predilectos -algunos de ellos identificados con Emelec- y estos llegaban como suplentes, lesionados o en bajo desempeño. Con futbolistas más exigentes, que pedían privilegios en la Casa de la Selección y no jugaban ni en la Reserva de sus clubes, era obvio que la eliminación mundialista estaba sentenciada.


Sin embargo, entre tantos gazapos y arrogancia, el argentino-boliviano dijo una verdad que parece incuestionable: los futbolistas locales no se adaptaban en el extranjero por su falta carácter y personalidad, como sí lo hacían los argentinos. “En Argentina forman jugadores ganadores. Nosotros sentimos la diferencia entre los mayores. A los que juegan en Europa desde hace tiempo no les cambia enfrentar a cracks mundiales. A los otros y a jóvenes como Juan Cazares, les pesa”, dijo hace dos años en una de sus polémicas entrevistas al Diario Olé.


Si bien es cierto que la mayoría de jugadores nacionales llega desde escenarios de pobreza, con muchas falencias en su aprendizaje inicial, el talento está vigente y lo certifica la calidad que se mostró en las tres clasificaciones mundialistas y los torneos continentales que ganó Liga de Quito. Falta levantar un poco más la cabeza, mirar más allá del reggaetón , los peinados extravagantes y los automóviles de lujo, para aprender más y adaptarse.


Quizá sean necesarios mayores ejemplos como Independiente del Valle, en donde no solo se juega fútbol, sino se educa para proyectar al futbolista después de que termine su carrera profesional. Ya es hora de que otros futbolistas vean más allá del techo del fútbol mexicano. Si Antonio Valencia lo logró, ¿por qué otros no pueden?