Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
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lunes 25 de junio 2018

Mundial, día 12: CR7 también es humano, España sonríe y Uruguay golea

Alejandro Ribadeneira
Opinión (O)
Twitter: @guapodelabarra

España ganó el grupo B y le siguió la Portugal de CR7; aunque esto era algo totalmente lógico en los papeles, no lo fue el desarrollo de los cotejos que definieron estas ubicaciones. Fue un cierre de grupo emotivo y con el VAR haciendo de las suyas. Porque, en algún momento, parecía que el equipo del improvisado Fernando Hierro naufragaba ante la tormenta desatada por sus vecinos marroquíes. Y bueno, naufragó de todos modos en el campo de juego ante un Marruecos que se puso dos veces en ventaja en el marcador, un dato que ya ensombrece cualquier análisis sobre el desempeño de la Furia. Ya se sabía que la velocidad y el buen trato a la pelota del equipo de Hervé Renard complicaría a los hispanos, pero esto fue más que una complicación: fue una total falta de respeto que obligó a España a extremarse para evitar la eliminación. Y así fue, pues en los cinco minutos finales el náufrago encontró la playa. 


​Es injusto decir que el VAR ayudó a España para el 2-2 final porque el gol de Aspas, una lujosa definición de taquito (¡atreverse a algo así en esas circunstancias, miren ustedes!) fue marcado en posición legítima; pero, en principio, el juez de línea consideró lo contrario. Lo más increíble fue que, cuando todo indicaba que España acabaría en segundo lugar, Irán anotó y regaló el primer puesto a los españoles.

Portugal tampoco la tuvo fácil, aunque empezó ganando con gol madrugador de Quaresma. Pero Cristiano Ronaldo se humanizó hoy al fallar un penalti (nunca antes un portugués había desperdiciado una pena máxima en toda la historia de los mundiales) y la defensa lusa tuvo serios problemas para contener a los iraníes del DT Carlos Queiroz, ordenados y batalladores. El VAR se usó tres veces pero resultó decisivo en el minuto 90, para el penalti del empate persa que dejó a Portugal en octavos, condenado a luchar con los mejores peleadores de Sudamérica, ¡Uruguay nomá!

El grupo A quedó resuelto en favor del favorito, Uruguay, que esta vez ofreció su mejor versión para traer a tierra a los anfitriones. El empate le bastaba a Rusia para ganar la llave pero el equipo del ‘Maestro’ Tabárez se mostró contundente y goleó 3-0. Y es poco común que la ‘Celeste’ golee en los mundiales, aunque de todos modos la duda sobre la capacidad de los charrúas de anotar estaba presente, tras los padecimientos ante Egipto y los sauditas.

Sí, aparecieron Luis Suárez y Edinson Cavani, claves para que Uruguay ganara por primera vez los tres primeros cotejos en un Mundial desde 1954; pero también lo fueron Lucas Torreira, que aporta con soluciones al mediocampo y que por delante se junta fácilmente con Pablo Betancurt para generar peligro y desconcertar al rival. Los rusos, en cambio, la pasaron muy mal. Su estrella Denís Dmítrievich Chéryshev, que es el máximo artillero del equipo, anotó en propia meta, como si su legendaria propensión a la mala suerte hubiera regresado. Chéryshev tampoco pudo vencer en el duelo personal con su celador, Michel Nández. También afectó a Rusia la expulsión de Smolnikov por doble amarilla en el primer tiempo, una rareza, y el poco trabajo en los entrenamientos para frenar a los uruguayos en las jugadas a partir de la pelota quieta, en la que son maestros.

En el otro duelo del grupo A, Egipto volvió a decepcionar al caer ante Arabia Saudita por 2-1, a pesar de que estuvo al frente en el marcador. Todos esperábamos ver que al fin Salah llevara a Egipto a la victoria pero lo que terminamos viendo fue al arquero Essam El Hadary batir la marca del jugador más veterano en jugar un Mundial, con 45 años y 161 días. Incluso atajó un penalti. Pero los sauditas terminaron ganando el cotejo, sobre todo gracias a la labor de Salem Al Dawsari, quien marcó en el cuarto minuto de adición del segundo tiempo. Con esto, los jeques se retiran felices.