¿Hacia dónde camina el fútbol ecuatoriano?
Nueve meses después del cambio de mando en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) todo sigue igual. Por más propaganda que hagan sobre la ‘renovación dirigencial’ del fútbol, nada es cierto. Todo es lo mismo, pero sin la presencia de Luis Chiriboga.
Los discursos de la promocionada Liga o Asociación profesional quedaron en nada. La realidad de los clubes sigue siendo triste. Hay ejemplos penosos sobre cómo funcionan los equipos. El otro día escuchaba que en un equipo de Ambato se reunía la Comisión de Fútbol. ¡Lindo nombre! Pomposo está. Pero en realidad era un directivo y sus familiares. Así son las reuniones. Un grupo de amigos tomando decisiones.
Los mecenazgos aparecen como la única fórmula. En Aucas hay malestar por la forma hizo la transición entre Ramiro Gordón y los nuevos directivos. La mayoría de los directivos se han convertido en simples administradores de los dineros de los derechos de televisión.
Se quejan cuando no reciben la plata a tiempo y no promueven estrategias de sostenimiento en las finanzas. En la mayoría de los clubes, los derechos de televisión representan 40, 50 y hasta el 60 por ciento del presupuesto. Pocos son los clubes que les interesa el trabajo en las divisiones formativas. No llega la plata de la televisión y empiezan los apuros.
Matías Lammens, dirigente de San Lorenzo de Argentina, contó que lograron 35 000 socios en poco tiempo y consiguieron que la fuente de financiamiento sea otra distinta a los derechos de televisión. Solo Barcelona está tras esta fórmula. El resto no.
Lo más triste en todo esto es que la fiebre de cambiar la realidad del fútbol ecuatoriano ya pasó. Solo les interesa el poder. Darle la vuelta a las estructuras está bien difícil.