Periodista con 11 años de experiencia que admira al fútbol y todo lo que este apasionante mundo envuelve. Licenciado en Comunicación Social, formado en diario El Comercio por grandes editores y con trayectoria en otros medios como diario Hoy, TV Hoy y Grupo Radial Delgado. Twitter: @Fabychocolate
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lunes 20 de junio 2016

¿Por qué no una verdadera Copa América?

Fabián Alarcón

La Copa América debería jugarse con el formato que se desarrolla en esta edición especial, con la inclusión de los países de Norte y Centroamérica. El nivel de exigencia para los combinados será mayor, además de que el torneo será extenso, con más partidos para disfrutar y más premios para repartir.


​La Confederación Sudamericana de Fútbol es consciente de la necesidad de contar con más participantes que sean competitivos y que contribuyan al espectáculo. Por eso, desde la edición de Ecuador 1993, sumó a dos invitados. En aquel año, México alcanzó la final y la perdió ante Argentina.

Ciertamente se trata de un torneo tradicional con 100 años de vida, el más antiguo del mundo a escala de selecciones, pero disputarlo solo entre 10 competidores y con dos de ellos siempre entre los principales candidatos al título (Brasil y Argentina o viceversa), generó que el interés decayera, hasta para los auspiciantes.

Contar con México, Panamá, Jamaica, Estados Unidos, Haití y Costa Rica (cinco de ellos mundialistas y dos animadores permanentes), que llegaron por su tradición y una eliminatoria, sirvió para dar mayor realce a este torneo. Además, los ‘aztecas’ y los norteamericanos son imanes de ‘marketing’, generadores de recursos.

A ellos sumamos combinados tradicionales sudamericanos como argentinos, brasileños, uruguayos, más los sorprendentes colombianos, chilenos, peruanos, ecuatorianos y hasta venezolanos… el resultado es simple: Una Copa América Centenario muy interesante, apasionante y que reparte USD 18 millones en premios.

Salvo el partido entre Costa Rica y Paraguay, que tuvo pocas opciones de gol y se lo catalogó de aburrido, el resto de encuentros estuvieron cargados de emociones, con resultados dramáticos e inesperados.
Para ejemplificar, en la última Copa América de Chile 2015, se realizaron 26 partidos con 12 selecciones, con dos invitados y tres grupos. De estos, prácticamente todos pasaban a los cuartos de final. Solo quedaban fuera cuatro y se entregó USD 10 millones en premios.

En esta edición especial juegan 16 equipos, se plantearon 32 cotejos y quedan fuera de competencia ocho combinados. Es decir, los participantes deben exigirse más para poder brillar ante rivales de jerarquía.

Este formato
también motivó a las selecciones a llevar a sus máximas estrellas, por un tema de taquilla, patrocinios, derechos de transmisión y todo el entorno económico que mueve el negocio del fútbol. Hasta la edición del año pasado, en cambio, la Copa América era vista solo como un torneo para probar jugadores de cara a las eliminatorias.

En este contexto, sí sería interesante realizar un torneo que verdaderamente integre a América, aunque haya nacido en Sudamérica.
Pero, ¿y el premio para el campeón que va al torneo FIFA Confederaciones? La respuesta es simple, irán los dos mejores ubicados de cada confederación (Conmebol y Concacaf), pues el título será el premio a la mejor campaña.

Lo importante será tener una competencia estilo Eurocopa, duradera, competitiva y apasionante, ya que el talento humano existe y se la disfruta en esta Copa América Centenario.